Laura tiene 8 años de edad y es una niña, alegre, encantadora y muy creativa. Ella vive con sus hermanos y su mamá en un lugar mágico rodeado de naturaleza con millones de árboles y animales. En uno de los resguardos indígenas en Caldas, donde su imaginación vuela a donde quiera que ella mira.
Para Laura su hogar es un lugar especial en donde un cuento de hadas se convierte en una realidad y si es junto a su muñeca favorita y cómplice de aventuras “Rosita”, mucho mejor. Ella nos cuenta sobre cada una de sus hazañas junto a Rosita, en las cuales cada piedra del camino rumbo a su colegio es un mundo paralelo de juego, emoción, retos y sobretodo una enseñanza para su vida.
Laura y Rosita, llevan un tiempo asistiendo a los talleres de Aldeas Infantiles SOS en donde han jugado, reído, aprendido y han hecho amigos a los largo y ancho del resguardo. El cambio ha sido significativo, según nos dice su mamá en su relato: “Laura, es una niña participativa, que ahora no le da pena nada. Una niña a la que le encanta hablar sobre sus aventuras diarias y todo lo que planea a diario junto a sus amigos y compañeros”.
Laura nos cuenta que lo más importante para ella es conocer más de la gente y el mundo que nos rodea, con su chispa de alegría y creatividad está segura que no importa en qué lugar se encuentre pues las aventuras no pararán. Convencida de su don especial de narrar historias, está segura que existen miles de ellas que aun aguardan para ser contadas.