En una oficina en Cali, trabajaba Martha, una mujer soñadora que, desde muy pequeña, ha buscado incansablemente dejar una huella inolvidable en esta tierra. Ella, desarrolló un exitoso proyecto sobre la alimentación para los niños que, ¡fue financiado con fondos suizos para construir un restaurante en Cali! Y eso no es todo, además de sus grandes logros como profesional, también en casa, sus sobrinos fueron testigos de sus cuidados y amor incondicional.  

Gracias a su gran vocación por ayudar a otros, sus sobrinos la motivaron a trabajar como referente afectiva en Aldeas Infantiles SOS en Cali. En ese momento, hace ocho años, Martha le dio un nuevo rumbo a su historia, para convertirse en Tía SOS. “Mi mayor reto fue generar un vínculo diario de empatía con los niños y con amor y paciencia ¡me los he ganado! Lo más gratificante, ha sido obtener su confianza, conquistar su amor y también, ¡ser testigo del cumplimiento de sus más grandes sueños!” Dice Martha emocionada. 

“Mi tía Martica siempre estuvo apoyándome y aconsejándome, ella creyó que yo podría convertirme en Enfermera, ¡y lo logré!”, dice Camila, con orgullo. Y es que, Martha ha sembrado en muchos niños sonrisas, abrazos y consejos sabios. “Es un tesoro muy valioso que, los niños puedan expresarte sus miedos; porque así, de alguna manera, te están permitiendo entrar y ser parte sus vidas. Y todo consejo que les das, tiene un increíble poder, para inspirarlos a construir sus proyectos de vida. Al fin y al cabo, ¡todos florecemos con un voto de confianza!”, dice Martha.