julio 26 2021

Un retorno a clases seguro y educativo

El retorno a clases presenciales -una decisión que recientemente tomó el Gobierno Nacional para los colegios públicos y privados del país-, tiene una gran importancia para los niños y niñas en cuanto a la necesidad apremiante de que retomen su participación en los escenarios educativos.

Sin embargo, ahora más que nunca, los maestros y padres de familia deben redoblar esfuerzos para garantizar la seguridad, protección y el normal desarrollo de las actividades diarias de los niños y niñas.

El retorno a la presencialidad ha sido una necesidad latente, pendiente de resolver desde el inicio de la pandemia. Las actividades educativas, recreativas y sociales hacen parte del normal desarrollo de niños, niñas, adolescentes y jóvenes, quienes participan de estas actividades mayoritariamente en jardines, colegios y universidades.

Su participación en estos entornos está directamente relacionada con el desarrollo de habilidades sociales determinantes para su vida adulta. Sin embargo, las condiciones del regreso implicarán unas interacciones diferentes a las que han tenido siempre y, por ello, se requiere de mayor atención por parte de maestros y familias.

Según lo explica Ángela Rosales, directora nacional de Aldeas Infantiles SOS Colombia, “Hemos tardado mucho como país en este proceso de regreso a clases. Se ha dejado atrás velar por los intereses y necesidades de los niños, niñas y jóvenes, priorizando los intereses de los adultos de diferentes sectores sociales y económicos. El reto sigue estando en superar esos intereses adultocéntricos para poder atender a la niñez, incluyendo apoyar a las instituciones educativas para que puedan llevar a cabo procesos educativos significativos para el desarrollo de los niños y niñas; mientras que garantizan los protocolos de bioseguridad. Las familias por su parte, continuar asumiendo un rol de cuidado y acompañamiento a los hijos.”

Según cifras del Ministerio de Educación Nacional, más de 9,7 millones de niños y niñas regresaron a clases presenciales, sin embargo tan solo el 85% de las instituciones educativas tienen las condiciones y requisitos completos para garantizar la bioseguridad de los estudiantes. 

“El retorno a jardines y colegios no puede significar el fin del peligro que el coronavirus tiene en los niños y las niñas. Es nuestro deber, como sociedad, padres y maestros, tener un cuidado más especial con ellos, garantizar su salud pero también que puedan retomar sus actividades escolares”, afirmó Rosales.

Por su parte en Bogotá, de las 400 instituciones educativas distritales existentes, la Alcaldía realizó intervenciones en 379 para generar las condiciones óptimas de bioseguridad, con lo cual se podrán beneficiar más de 30 mil niños y niñas.

En cuanto al impacto que el coronavirus ha tenido en los niños y niñas, cifras del Ministerio de Salud Nacional señalan que los menores de 10 años representan el 3,17 por ciento de los contagios totales que hasta el momento se han presentado en el país. Es decir, que los niños y niñas no son la mayor fuente de contagio, lo cual es coherente con las cifras internacionales sobre el comportamiento del virus en el mundo. En este grupo de edad han fallecido alrededor de 80 niños y niñas a causa del virus.

En conclusión, para el regreso a clases tenemos que pensar también en la salud mental de los niños, niñas y jóvenes. Muchos de ellos sienten la necesidad de volver al colegio para aprender mejor, pero retomar el ritmo escolar no va a ser fácil, ni para los estudiantes ni para los maestros.

Este contexto es una oportunidad para dedicar atención a la calidad de la educación, al trabajo conjunto entre las familias y la comunidad educativa, y a la prioridad que debe tener para toda la sociedad el bienestar de los niños y niñas.