abril 24 2024
¿Cómo acompañar a hijas e hijos durante la adolescencia?
Nos reunimos con Ángela Giraldo*, coordinadora nacional de Formación y posicionamiento del saber de Aldeas Infantiles SOS en Colombia, y con Sandra Bracamonte**, coordinadora nacional de Desarrollo técnico programático, para tratar un tema muy importante dentro del desarrollo de las personas, este es el acompañamiento de la adolescencia.
¿Cómo acompañar en la adolescencia para impulsar una buena gestión emocional y un canal positivo de comunicación?
Ángela Giraldo plantea el papel fundamental que tiene la infancia para favorecer el desarrollo del acompañamiento de la adolescencia, ya que explica que ambas etapas están ligadas. En la infancia la interacción de la familia con niñas y niños impacta en cómo se va configurando la participación y la validación de las emociones, lo anterior a través de la capacidad de reconocer el enojo, la frustración, o su alegría. Lo anterior les permitirá transitar cualquier tipo de emocionalidad y les dará seguridad para expresarse, ambos elementos, resalta Ángela Giraldo, impactarán positivamente durante la adolescencia.
Por su parte, Sandra Bracamonte resalta la importancia de que padres, madres, cuidadores y cuidadoras acompañen desde el entendimiento de las características de la adolescencia, diferenciar la forma en que se comunica un niño o niña que es más espontánea, de cómo lo hace un o una adolescente que es más hermético, más cauteloso y reservado; aunque, también señala que pueden existir adolescentes que se expresen distinto, desde una comunicación fluida. En ambos casos destaca Sandra la importancia de tener una disposición y disponibilidad para escucharles.
Insiste en la importancia de esa disponibilidad para escuchar y para estar atentos, ya que esto permite establecer un canal para recibir la información que los y las adolescentes e ir construyendo una relación de confianza desde la que se dé un lugar a cada una de las emociones que están experimentando. “Es fundamental evitar entender [sus emociones] desde nuestra perspectiva [de adultos], así nos parezcan sencillas o exageradas es importante que puedan ser expresadas y que tengan un espacio que se relacione con la etapa del desarrollo en la que se encuentran”, indica.
¿Cómo establecer un canal positivo de comunicación?
Ángela Giraldo explica que: “la clave está en saber leer a nuestros hijos e hijas, esto significará conocerles de manera tan cercana, así como entender cuáles son sus comportamientos, cuáles son sus actitudes, cómo se están comunicando precisamente cuando no quieren hablar, también, cuando tienen una actitud un poco displicente frente a la vida, que es uno de los rasgos que encontramos precisamente en la adolescencia”. Esto, destaca, se facilita cuando respetamos sus formas de comunicación.
De igual manera, nos explica la relevancia de encontrar el momento oportuno para acercarnos de manera adecuada, evitando forzar la comunicación, por ello, anota que la comprensión previa de su estilo de comunicación y su forma de ser es indispensable. También es clave reconocer aspectos como el respeto frente a lo que quieren o no comunicar, el poder entender lo que están pasando en su vida personal, la consciencia sobre las relaciones que tejen en lo escolar, en lo comunitario o en los diferentes entornos en que se desenvuelven. “Como madre o padre esta lectura permite analizar lo que está pasando en la vida del adolescente, y entender desde allí que hay un momento para la acción y un momento para la espera, para cuando ellos decidan tomar la palabra, acercarse y expresar lo que siente y viven, no quiere decir que nos desliguemos, que los dejemos aislados con la puerta cerrada, sino que estemos súper atentos leyendo cada uno de los momentos y situaciones, esperando ese momento para podernos comunicarnos, buscando justamente no ser invasivos a la hora de mantener un canal de comunicación abierto”, anota, Angela.
Por su parte, Sandra Bracamonte explica que, si bien la comunicación con adolescentes puede generar frustración, ya que puede no ser fluida, clara o rápida, ella resalta la importancia de que como adultos se insista en esa comunicación: “como adultos tenemos que intentarlo siempre, tenemos que siempre, aunque no nos respondan, aunque sean monosílabos, mantenernos fieles y seguir intentándolo, a tomar incluso la iniciativa de mantener esos elementos de la comunicación diaria vigentes. Los ‘buenos días’, el agradecimiento, la pregunta de ¿cómo estás?, ¿cómo te fue?, son básicas para abrir la conversación”.
Elementos clave para el acompañamiento durante la adolescencia
Otro de los aspectos relevantes que menciona Sandra Bracamonte para tener en cuenta dentro del acompañamiento de adolescentes es la lectura del lenguaje corporal, ya que este elemento será clave para expresar estados de temor, felicidad, angustia o temor que puede que las y los adolescentes no estén expresando a través de palabras. Agrega también, que durante la etapa de la adolescencia: “los adultos cuidadores no serán su mejor referente de apoyo, porque nos ven como quienes están siempre allí, guiándoles, diciéndoles qué deben hacer, por ello buscarán, por ejemplo, a sus pares para expresar lo que les incomodan, inquietan o angustian.”
Esta interpretación de la corporalidad en las y los adolescentes puede, en algunos casos, activar las alertas y favorecer el acompañamiento: “yo creo que hay algo muy importante, sobre todo en este momento donde hay muchos papás y mamás que tienen que salir a ejercer otro tipo de actividades laborales y es: en el tiempo que tenemos ver a nuestros hijos, verlos de verdad y estar allí así sea un tiempo corto, y estar en disponibilidad, porque de eso se trata. Si tú no lo ves, no lo miras completo, pues por supuesto que no tendrás esa lectura de esas otras formas que ellos nos comunican, que están más allá de las palabras.”
Finalmente añade: “como adultos creemos y esperamos que ellos sean tan prácticos y directos como nosotros, pero yo creo que la sutileza es importante, poder llegarles a ellos, que no se sientan invadidos, que no parezca que no estamos teniendo empatía con su situación, porque eso es algo que ya nosotros resolvimos, entonces ahora nos parece un asunto muy fácil de resolver. Es muy importante el ser empáticos y que sientan esa sensibilidad que nosotros tenemos con ese asunto, que a ellos los desvela, los inquieta y que los pone un poco en estado de alerta.”
En este sentido, Ángela Giraldo añade la importancia de ser pacientes, precavidos y de no invadir los espacios de las y los adolescentes, así mismo precisa que “no invadir no quiere decir que no actuemos, ya que allí juega un papel muy importante la disponibilidad emocional y afectiva que tenemos los adultos, hacerles saber que estamos allí para ellos, que les entendemos, que somos empáticos con la situación que está viviendo, también que entendemos la situación y cuál es esa realidad que se está moviendo él o la adolescente, como adultos tenemos la tendencia a frustrarnos mucho porque no compaginamos con las reacciones un poco exacerbadas de los adolescentes, a veces muy callados o reservados, a veces muy explosivos”
Es así que explica la importancia de que como adultos que acompañan a adolescentes, se desarrolle la capacidad de autorregulación y de reconocer las propias emociones: “ya que como nosotros manejamos la situación, con la mesura, con la tranquilidad, será adecuado para darle el tiempo a que esa emocionalidad que está tan exacerbada en él o la adolescente se pueda bajar y en otros términos se puede abordar y se pueda trabajar”
Ángela María Giraldo Ramírez*: Trabajadora Social, Magister en Educación y Desarrollo Humano (CINDE), actualmente cuso estudios de Postgrado Online en “Terapia con Familias e Intervención con estrategias psico-expresivas”, con experiencia como docente universitaria por más de 10 años, una enamorada de la educación, de ahí mi pasión por el trabajo que vengo realizando en aldeas durante estos últimos nueve años, como coordinadora nacional de formación ya que me permite conectarme con el trabajo social a través del fortalecimiento de las familias en temas de crianza y la formación y desarrollo de capacidades de colaboradores/as.
Sandra Bracamonte**: Trabajadora social, con máster en Necesidades, Derechos y Cooperación en Infancia, especialista en pedagogía de la lúdica para el desarrollo sociocultural. Cuenta con una experiencia de aproximadamente 20 años en el liderazgo de procesos de desarrollo social y comunitario, en la coordinación de proyectos sociales, y, con habilidades para la formación y entrenamiento a colectivos, organizaciones sociales y grupos juveniles en diversos temas, mediante el uso de metodologías lúdicas y pedagógicas que favorezcan la apropiación y aplicación. En Aldeas Infantiles SOS, se desempeña como Coordinadora de Desarrollo Técnico Programático, y, lidera el equipo encargado de generar y posicionar la línea técnica, los marcos y políticas organizacionales para el acompañamiento al desarrollo de niños, niñas, adolescentes, jóvenes y familias.
Desde Aldeas Infantiles trabajamos porque las y los adolescentes y jóvenes crezcan en entornos protectores, unos donde puedan desarrollar todo su potencial.