Damaris y Esmeralda, dos mujeres líderes que vivieron la crisis migratoria
marzo 6 2024

Damaris y Esmeralda, dos mujeres líderes que vivieron la crisis migratoria

“Migrar es abandonar la vida que habías construido. Para mí eso es migrar, dejar todo lo que había conseguido”, así inicia su relato Damaris*, una mujer migrante procedente de Venezuela, de origen colombiano y que desde hace más de seis años retornó a Maicao, en La Guajira, junto con sus padres, pareja e hijos, entre ellos Esmeralda*, su hija mayor, una adolescente de 17 años.

Continua su relato: “tenía dos casas para mis hijos, todas mis cosas, tenía un muy buen trabajo que me gustaba, y en un solo pensar -no hay para el agua, no hay para la comida, no hay- se nos convirtió en tomar maletas e irnos”, se refiere al momento en que junto a su pareja y padres tomaron la decisión de migrar hacia Colombia para recomenzar su vida.

Vivir una crisis migratoria

Reiniciar fue un proceso complejo y “fuerte”, tal como los describe Damaris, pero asegura que en los dos últimos años se ha sentido más tranquila, porque lograron ubicarse laboralmente, sus hijos accedieron a educación formal, cuentan con un espacio de vivienda en La Pista, el asentamiento de población migrante más grande de Colombia, y participa junto a sus hijos, en el proyecto “Uniendo fuerzas por la protección de la niñez en emergencias” que implementa Aldeas Infantiles SOS en Colombia con el apoyo del Joining Forces for All Children y el German Humanitarian Assistance.

Empoderarse en su rol como mujeres líderes de la comunidad

Damaris y Esmeralda son líderes en su comunidad, allí ejercen un liderazgo que moviliza y contribuye en la protección de la niñez y la adolescencia. Damaris dice con gran orgullo que hace parte del Equipo Comunitario de Protección Infantil –ECPI- y, Esmeralda, por su parte es agente comunitario.

Al respecto dice Esmeralda: “soy agente comunitario, ha sido muy gratificante el conocimiento porque aprendí a tocar guitarra, aprendí a jugar frisby, fútbol y que son acciones para fortalecer el trabajo en equipo. Los temas que hemos tocado son comunicación asertiva, empatía, resiliencia, también el ser autónomos, nos han enseñado a tomar nuestras propias decisiones cuando no sabemos qué hacer y tener la solución a ese problema”.

Y continúa: “llegamos media hora antes que la seño’, organizamos el espacio para el encuentro, recibimos a los niños que llegan siempre una hora antes. Ser agente comunitario nos ha enseñado a ser muy responsables, porque nos hacemos responsables a los niños y niñas, siempre estamos -ven acá, no te salgas que te puede pasar algo-; y es muy gratificante ver que los niños y niñas nos reconocen como agentes comunitarios, donde nos vean identifican que él/ella es agente y nos ha enseñado a no andar en malos pasos, a andar por un buen camino para dar ejemplo a los niños y niñas”.

Por su parte Damaris define así su liderazgo: “nosotros estamos acá y nos fortalecen, para que los niños y niñas no falten al colegio, nosotras como mamitas venimos y reportamos a la seño’ está sucediendo esto en esta casa, y las seño’ están pendientes, nos enseñan las rutas de atención. Yo prácticamente no salgo de acá, vengo por la red, vengo como mamá comunitaria, estoy todo el tiempo pendiente de los muchachos, cuando la líder no está yo vengo y les abro, arreglo, yo siempre estoy aquí con las seño’. Y, para los niños y niñas, este es su segundo hogar”.

“Somos aldeanos, yo me considero aldeana de corazón”, Esmeralda

Para Esmeralda el proyecto en su vida ha sido una experiencia que: “aporta mucho, es algo muy impactante en nuestras vidas. En mi vida personal me aporta para aprender a ser empática con las demás personas, tener una comunicación asertiva porque o si no cómo comprendemos a las otras personas y la situación que está viviendo, el trabajo en equipo, saber cómo tratarnos entre nosotros mismos, ya que somos jóvenes y tenemos opiniones diferentes, nos ha tocado sentarnos y discutir nuestras diferencias, pero de una manera que vuelve a aportar la comunicación asertiva, saber cómo responder las cosas. En los niños pequeños se ha visto mucho el cambio, porque ellos ya no optan por gritarse o pelearse. Trabajan en equipo, se presentan sus cosas, es algo muy impactante en su vida y en la vida de sus familias, porque ven el cambio en la actitud del niño”.

 

Y concluye: “primero que todo darles las gracias por su apoyo por tenerlo siempre presente por este hermoso proyecto que nos están brindando. Que siempre nos tengan presente en su corazón, acá tienen una familia que los está esperando con los corazones abiertos. Han dejado un mensaje positivo en nosotros, los que hacemos parte de la aldea, somos aldeanos, yo me considero aldeana de corazón, la verdad es muy lindo y me encantaría que muchas personas conocieran el trabajo que se está haciendo aquí, y darles las gracias de verdad de corazón es muy gratificante haber recorrido este tiempo con ustedes y todo lo aprendido. Lo único que puedo es darles las gracias por todo lo enseñado”.

Las historias de Damaris y Esmeralda nos recuerdan la importancia del liderazgo y de las mujeres dentro de sus comunidades, ya que las sitúa como agentes activos de transformación e incidencia en la sociedad. Comparte esta historia y reconozcamos lo relevante que es aumentar su participación, agencia y decisión dentro de escenarios comunitarios, políticos y culturales.

 

Aldeas Infantiles SOS es una ONG con presencia en varias regiones de Colombia, donde trabajamos por la garantía de los derechos de la niñez, la adolescencia, la juventud y las familias.

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*Nombre cambiado por protección

 

Referencias

https://www.cooperatingvolunteers.com/

https://ayudaenaccion.org/