agosto 13 2020
Un Tío SOS de corazón
Desde hace unos meses, en la aldea de Rionegro, los niños, niñas y jóvenes cuentan con una compañía diferente y especial. Se trata de Wuilios*, el nuevo Tío SOS y candidato a Papá SOS, quien desde que llegó se ha integrado muy bien a esta gran familia y le ha brindado a los niños y niñas confianza, cariño y apoyo.
Antes de ser un Tío SOS: una gran trayectoria
La historia de este Tío SOS inició en Venezuela, donde nació y se formó como Licenciado en Educación con mención en desarrollo cultural. Es músico de instrumentos de cuerdas y ha tenido experiencia trabajando con organizaciones comunitarias y de educación popular, por esto, considera que su vida se ha desarrollado en estas tres áreas: la comunicación, la música y la educación.
Wuilios* tiene más de 15 años de experiencia en educación primaria, con enfoque en el área cultural; también estuvo varios años vinculado al área social, desarrollando proyectos de comunicación alternativa, y perteneció a varias agrupaciones musicales en actividades de identidad cultural, rescate de tradiciones y manifestaciones culturales, además de estar relacionado con el teatro y la literatura.
Su llegada a Colombia
Hace dos años y medio llegó a Colombia, vivió un año en San Rafael, Antioquia, en una reserva natural, para él fue una gran experiencia personal estar en contacto con la naturaleza; sin embargo, su interés y mayor motivación era seguir trabajando por lograr una mejor educación infantil.
Por esta razón, fue a Rionegro y participó en un evento de filosofía de una universidad, lo que le permitió relacionarse con varios profesionales de la educación, entre ellos una persona que conocía de Aldeas, quien le dijo que era una labor muy interesante la que se realizaba con los niños y niñas, y que su experiencia se ajustaba muy bien a los perfiles que buscaban.
Vivir en la aldea: un compromiso como Tío SOS
En agosto de 2019, inició el proceso de selección y desde noviembre del mismo año inició su rol como Tío SOS. Como él, muchos colaboradores en las diferentes aldeas del país, asumen el cuidado y protección de niños, niñas y jóvenes que han sido separados, temporal o definitivamente, de sus familias.
Desde el principio, le interesó la labor de Aldeas Infantiles SOS por su historia, su presencia internacional y, sobre todo, porque conoció cómo la organización trabaja por el bienestar de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes en Colombia. También lo motivó conocer el apoyo que se brinda a las familias migrantes, como aquellas que provienen de su país.
Wuilios* se adaptó muy bien a las dinámicas de la aldea y en poco tiempo generó vínculos con los niños, niñas y jóvenes. Uno de los grandes retos a los que se tuvo que enfrentar, al asumir su rol como Tío SOS, fue cocinar, ya que era algo nuevo para él, pero con el apoyo de las demás Tías SOS, ha ido aprendiendo y mejorando en este aspecto.
Hace un mes inició su proceso de capacitación para convertirse en Papá SOS, él sabe que el desafío es mayor porque hay que asumir todos los procesos. Para su preparación, está recibiendo una capacitación de Aldeas para referentes de cuidado directo, en la que aprende sobre los derechos de la niñez, los tipos y causas del maltrato infantil; también, se apoya en las Tías SOS que llevan más tiempo en la organización, para manejar el tema administrativo y conversar sobre las situaciones que se dan con los niños y niñas.Conoce más sobre acogimiento familiar.
En la casa convive con dos niños de 8 y 9 años, dos adolescentes de 15 años y cinco jóvenes en proceso de independización. A los niños y niñas que se atienden en las aldeas, se les han vulnerado sus derechos, sobre todo el derecho a crecer en una familia con amor y respeto, por eso para Wuilios* “es muy especial ver a los niños jugar carritos, creando ese mundo imaginario de ellos, ese momento de ingenuidad y de libertad, ver que ellos han conseguido acá ese espacio de tranquilidad para vivir eso, desarrollar su creatividad y vivir su niñez de la mejor manera posible”.
La paciencia es uno de los principales valores que el tío Wuilios* les inculca a los niños, niñas y jóvenes en la aldea de Rionegro. Además, considera que el arte sana, libera y potencializa, por eso les comparte conocimientos sobre arte, música y literatura, y aunque a veces les parezca aburrido, el Tío SOS afirma que les permite ver el mundo desde otra perspectiva. De esta manera, además del cuidado y la protección, él les brinda ese aporte desde sus conocimientos profesionales.
Wuilios*, como Tío SOS, mantiene la tranquilidad y esperanza
La situación actual cambió las dinámicas de la aldea, eso ha permitido encontrarse más como familia, el Tío SOS reconoce que los niños, niñas y jóvenes se han mantenido muy fuertes, tranquilos y pacientes. Al principio de la cuarentena, se realizaban muchos juegos y actividades, ahora retomaron sus estudios y eso les ha ayudado; sin duda, es un desafío para el Tío SOS generar esa confianza con todos los y las participantes, pero poco a poco a través del juego y de los momentos de cuidado, ha logrado convertirse en un referente de afecto. Wuilios* sabe que debe cuidarse para cuidarlos a ellos, por eso mantiene la esperanza de que pronto pasará esta situación y estarán más tranquilos y seguros.
*Los nombres han sido cambiados por protección.