Una familia de acogida brinda cuidado y protección a niñas, niños y adolescentes de manera temporal, mientras la familia de origen se prepara, o transita por un proceso de fortalecimiento para que el niño, niña o adolescente pueda retornar a la familia, y se dé un proceso de reintegro familiar.
Mientras que una familia adoptiva es una familia que de forma definitiva decide adoptar a un niño, niña o adolescente, en este sentido este tipo de familia realiza un proceso legal ante el ICBF, quien verificará la idoneidad de la familia y una vez este proceso tanto administrativo como judicial se surta, se determinará cuando la niña, niño o adolescente es legalmente hijo o hija de sus padres adoptivos.
El hogar debe tener un adulto responsable de la familia que tendrá entre 23 y 55 años. Y que deberá haber cursado hasta noveno de secundaria. Así mismo deberá tener experiencia en crianza.