octubre 10 2025
¿Qué son las familias que cuidan y las sociedades que cuidan?
Continuamos con nuestro especial Cuidar y Prevenir. En esta tercera parte hablaremos de las sociedades cuidadoras y de la familia que cuidan. Puedes visitar la parte uno acá, y la parte dos acá. En esta oportunidad continuamos con nuestras invitadas, Leisy Benavides, analista de formación, y Paola Rueda, coordinadora nacional de salvaguarda infantil, juvenil y de adultos.
¿Qué caracteriza a las familias que cuidan?
Leisy Benavides explica que una familia cuidadora es aquella que enseña, acompaña y protege desde la cotidianidad. Agrega que en esta familia no se asume que niñas y niños aprenden en solitariocómo identificar situaciones de riesgo, sino que les guía con amor, diálogo y con presencia constante. Por ello es se recomienda: “Cultivar espacios de confianza, para que reconozcan los propios límites y sepan pedir ayuda cuando enfrenta situaciones difíciles.” Además, resulta necesario la expresión de amor de forma activa: a través de palabras, gestos y apoyo emocional, esto último sin sobreprotección, explica, para permitir a cada niño, niña o adolescente desarrollar su autonomía, sus talentos y su creatividad.
También resalta: “Una familia cuidadora, se cuida a sí misma, las personas adultas que son responsables del cuidado, también practican el autocuidado, mantienen hábitos saludables y cuentan con espacios para expresar sus emociones y compartir con otras personas.”
Por su parte Paola Rueda menciona que actitudes caracterizan a una familia que cuida tiene que ver con la manera en que actúa ante momentos de tensión, ya que explica que “Los conflictos en casa son inevitables, forman parte de la convivencia y también de la formación de niñas y niños. Lo importante no es evitarlos a toda costa, sino aprender a resolverlos sin recurrir a la violencia física ni a las palabras que hieren.”
En este sentido las actitudes de una familia cuidadora son:
•Respira antes de responder: una pausa de unos segundos puede marcar la diferencia entre reaccionar y responder de forma consciente.
•Nombra lo que está pasando: prefiere expresiones como esta “Veo que estás molesto porque no quieres detener el juego” antes que estas: “¡Eres desobediente!”, buscando una comunicación constructiva.
•Escucha aún en los casos en que no se está de acuerdo: esta actitud de una familia cuidadora les enseña que sus emociones y opiniones importan.
•Busca soluciones en familia: acordar turnos, cambiar actividades o proponer alternativas fomenta la cooperación y son una característica de una familia cuidadora.
Resolver los conflictos de esta manera no solo previene el maltrato, sino que fortalece el vínculo familiar. Cada vez que un desacuerdo se maneja con respeto, niñas y niños aprenden que es posible expresar lo que sienten y llegar a acuerdos sin hacer daño.
¿Qué son las sociedades cuidadoras?
Leisy Benavides explica que una sociedad cuidadora no guarda silencio frente al maltrato infantil, ni lo considera un asunto privado: “Es una sociedad que protege a todos los niños y niñas sin distinción de origen, etnia, creencias o condición socioeconómica, este tipo de sociedad reconoce que muchas personas adultas fueron víctimas de maltrato, pero se compromete a romper ese ciclo y no repetir patrones violentos, una sociedad cuidadora entiende que el bienestar de sus niños y niñas es responsabilidad de todas y todos”
En este sentido que una sociedad cuidadora prioriza a la infancia y la adolescencia en sus políticas públicas, promueve espacios seguros y accesibles para el juego, la cultura y el deporte; al igual que se involucra activamente en la denuncia, el seguimiento y la construcción de entornos protectores.
Paola Rueda explica que la protección y cuidado de niñas, niños y adolescentes no es responsabilidad exclusiva de las familias, sino que también requiere el compromiso de las instituciones, las organizaciones y la comunidad. Por esto, cuando estos entornos funcionan como redes de apoyo, se reduce los riesgos de maltrato y se fortalecen las condiciones para que las niñeces y juventudes crezcan cuidadas y seguras.
Para fortalecer este compromiso desde el cuidado, Paola Rueda resalta la importancia que, “desde las organizaciones, se promuevan mensajes claros contra cualquier forma de violencia, al igual que ofrecer formación a cuidadores y profesionales, y garantizar canales seguros para denunciar. En el ámbito comunitario, resalta que la prevención se fortalece cuando los vecinos, líderes y colectivos se involucran: acompañando a familias en situaciones difíciles, organizando actividades que integren a niñas y niños, y estando atentos a señales de alerta. Una comunidad que se conoce y se cuida a sí misma es menos propensa a tolerar el maltrato.”
De igual forma concluye que para ser una sociedad cuidadora, a nivel institucional, se necesitan leyes claras, políticas efectivas y recursos suficientes para atender y proteger a quienes lo necesiten. Esto incluye desde la capacitación del personal escolar y de salud hasta la atención psicológica y jurídica oportuna. Ya que “el cuidado de las niñas, los niños y adolescentes es una tarea compartida: mientras más manos, miradas y voces se sumen, más fuerte será la protección. Una sociedad cuidadora no mira hacia otro lado, sino que actúa para que cada niña y cada niño crezcan con la certeza de que su bienestar importa.”
Aldeas Infantiles SOS es una ONG con presencia en 138 países y territorios. En Colombia trabaja en varias regiones del país donde brinda apoyo e impulsa los proyectos de vida en niñas, niños, adolescentes y jóvenes; así mismo fortalece las capacidades de cuidado, protección y crianza de familias en situaciones de vulnerabilidad.